INTRODUCCIÓN
⌅Al incorporar a los sistemas de información geográficos actuales los esquemas de distritos fitogeográficos cubanos trazados a grosso modo por diferentes autores, surgen incongruencias en términos físico geográficos, lo cual conlleva el riesgo de obtener resultados erróneos que influyan en análisis posteriores (Cejas et al., 2006Cejas F, Prede ML, Ibarzabal D, Aguilera R, Blanco A, Correoso A, et al. 2006. Actualización y desarrollo de bases de datos alfanuméricas botánicas y zoológicas en Cuba. Acta Botánica Cubana. 198: 16-20. ). Sin embargo, dado el valor de dichas obras para este tipo de trabajo, se hace necesaria su validación para ampliar las posibilidades de los análisis de diversidad biológica en Cuba.
Al partir de este supuesto, el análisis de la relación de varios factores físico-geográficos con la delimitación de los distritos fitogeográficos, más la inclusión de datos cualitativos información ecológica, obtenidos sobre todo de los criterios de Samek (1973) Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. y Borhidi y Muñiz (1986) Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48.; permiten validar y refinar los limites propuestos. De esta forma se adecuan las regionalizaciones fitogeográficas cubanas más conocidas: la de León (1946)León Hno. 1946. Flora de Cuba Volumen I. Contribuciones Ocasionales del Museo de Historia Natural del Colegio “De La Salle”. No. 8. La Habana., quien no define los límites territoriales de las unidades; Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63., el cual basa su clasificación en la distribución de los endemismos, con límites territoriales no siempre definidos; mientras que Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48. aseguran emplear caracteres geográficos, geológicos, pedológicos, de flora y vegetación; afirmación de la que en algunos casos discrepan López y Cejas (2000)López A, Cejas F. 2000. El endemismo en la flora vascular de Guanahacabibes (Cuba occidental). Fontqueria. 55: 1-11..
Para lograrlo se sigue la línea de pensamiento de otras investigaciones, en cuanto a que los límites de distribución de las especies varían en función de diversas variables topográficas y geológicas, inducidas por factores como las barreras que imponen las regiones montañosas (López, 1998López A. 1998. Algunas características del endemismo en la flora de cuba oriental. En Halffter, G. (comp.) La Diversidad Biológica de Iberoamérica II. Volumen Especial, Acta Zoológica Mexicana, nueva serie. 47-82.) o el componente edáfico en zonas de topografía mucho más regular (Alain, 1958Alain Hno. 1958. La flora de Cuba: sus principales características, su origen probable. Revista de las Sociedad Cubana de Botánica. 15: 36-59.; López et al., 1985López A, Toscano BL, Llerena M. 1985. Las fanerógamas endémicas de Pinar del Río. En: Memorias del Primer Simposio de Botánica: Tomo 1. Academia de Ciencias de Cuba, La Habana (julio 2-5).¸ Del Risco y Vandama, 1989Del Risco E, Vandama A. 1989. Regionalización florística, escala 1: 2 000 000. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Academia de Ciencias de Cuba e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía, La Habana.); variables que citan Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. y Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48. como base para sus análisis. También se siguen por autores modernos como Testé et al. (2015)Testé E, González L, Márquez A. 2015. Invasión actual y potencial del árbol tóxico Rhus succedanea (Anacardiaceae) en el Paisaje Natural Protegido Topes de Collantes, Cuba. Revista del Jardín Botánico Nacional. 36: 173-180. cuando incluyen cuatro variables topográficas y una geológica en la determinación del modelo de distribución actual y la predicción de expansión de una planta invasora.
Por lo anterior, el objetivo del presente trabajo fue ajustar los límites fitogeográficos de los distritos cubanos del sector Cuba Central, propuestos por Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. y Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48. (sensu Borhidi y Muñiz, 1986Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48.), mediante el empleo de herramientas del Sistemas de Información Geográfica (SIG), que permitan su integración con la información medioambiental que se genera actualmente en el país. Sobre un mapa digital así generado, se pueden demarcar áreas de interés florístico o conservacionista, algunas de las cuales se esbozan en diferentes trabajos, para de este modo potenciar el conocimiento de la diversidad, rareza y prioridades de conservación de la flora cubana por modelos geográficos a cualquier escala espacial.
MATERIALES Y MÉTODOS
⌅El trabajo se realizó en ambiente SIG, de acuerdo a la metodología que se detalla en Cejas y Geler (2023)Cejas F, Geler T. 2023. Ajustes en la delimitación fitogeográfica de distritos cubanos. I. Cuba Occidental. Acta Botánica Cubana. 222. https://cu-id.com/2402/v222e01., los cuales partieron del análisis del Modelo de Elevación Digital (GeoCuba, 2009GeoCuba. 2009. Modelo de Elevación Digital de la República de Cuba 1:25 000. Agencia de Teledetección y Cartografía Temática. La Habana.) para precisar los sitios donde se han propuesto distritos montañosos y distinguirlos de aquellos que se desarrollan en lugares bajos. Luego se superpuso estas curvas de nivel a diferentes mapas que contenían información geológica y litológica; en este caso el mapa geológico (IGP/SGC, 2007IGP/SGC (Instituto de Geología y Paleontología/ Servicio Geológico de Cuba). 2007. Mapa Geológico de Cuba a escala 1: 100 000. La Habana.), de formas cársicas (Gutiérrez et al., 2019Gutiérrez MR, Guerra M, Lavandero R, Pérez RO, Triff J, Seco R. 2011. Mapa de Formas Cársicas del Archipiélago cubano escala: 1:1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical. CITMA, La Habana.), geomorfológico (Portela et al., 2019Portela AH, Díaz JL, Hernández JR, Magaz, A.R. Blanco, P. 2019. Geomorfología escala: 1:1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, CITMA.) y de constitución geológica (Núñez e Iturralde, 2019Núñez K, Iturralde M. 2019. Constitución Geológica, escala: 1: 1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, La Habana.).
De la sobreposición de estos mapas se obtuvo un mapa temático que contenía un conjunto de geosistemas o regiones, cuyo componente fundamental es el basamento geológico, y que de acuerdo a las variables analizadas deben responder a los distritos fitogeográficos. Para confirmar esta hipótesis y precisar un trazo final que definiese a cada uno de estos distritos, se yuxtapuso dicho mapa temático con las bases cartográficas (digitalizadas bajo el sistema de coordenadas WGS-84, Universal Transversal Mercator) de Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. y Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48. en Cuba Central, que para este trabajo corresponde a la subprovincia Cuba Central de Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48..
La selección de este trazo final conllevó a elegir entre tres alternativas: (1) un solo trazo que resumía los dos esquemas en los que se basó la investigación; (2) se reconoció una sola propuesta o; (3) se delineó un distrito nuevo para las regionalizaciones de los autores mencionados. Este elección se tomó a partir de un análisis más minucioso de los limites obtenidos para cada distrito, los cuales se modificaban cuando se identificaban localidades, accidentes geográficos o características ecológicas que se referían para un distrito en particular; de acuerdo a la revisión de la bibliografía, de forma particular Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63., Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48.; y trabajos que proveyeran información sobre localidades de recolectas, georreferenciadas o no, como son los casos de Rankin y Areces (2003)Rankin R, Areces F. 2003. Contribución a la actualización taxonómica y localización geográfica de especies amenazadas y endémicas en Cuba I. Revista del Jardín Botánico Nacional. 24: 81- 128., o que detallaban características ecológicas y geográficas de los distritos en discusión. Con este propósito, también se hizo una revisión del fichero de localidades georreferenciadas del Herbario Nacional (HAC) (Cejas et al., 2000Cejas F, Prede ML, Herrera PP. 2000. Programa COLBASES para colecciones biológicas cubanas. Certificación de Depósito Legal Facultativo de Obras Protegidas. Registro 06645-6645.), con casi 30.000 registros. Esta revisión no se extendió en el análisis de la vegetación, la flora, las relaciones florísticas y la conservación; y solo se hizo referencia a datos de ese tipo cuando eran esenciales en el entendimiento de los límites o distritos que se configuraban.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
⌅En la definición de las áreas montañosas de Cuba Central, el límite de la ruptura en el perfil de la pendiente coincidió con la curva de nivel con valor entre 100 y 120 msnm (Portela et al., 2019Portela AH, Díaz JL, Hernández JR, Magaz, A.R. Blanco, P. 2019. Geomorfología escala: 1:1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, CITMA.), que hizo resaltar de Oeste a Este las Alturas de Habana-Matanzas y Bejucal-Madruga-Coliseo, Montañas de Guamuhaya, Sierras Morena, de Cubitas y de Najasa, y Alturas de Maniabón (Díaz, 2019Díaz O. 2019. Mapa Geográfico General escala: 1: 1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, CITMA.), más otras alturas de menor elevación (Fig. 1A). Por su litología, el sector reveló cerca de un 57% de áreas con alta o media susceptibilidad a la formación de carso (Gutiérrez et al., 2019Gutiérrez MR, Guerra M, Lavandero R, Pérez RO, Triff J, Seco R. 2011. Mapa de Formas Cársicas del Archipiélago cubano escala: 1:1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical. CITMA, La Habana.), lo que evidenció el predominio de las calizas u otras rocas carbonatadas para el archipiélago cubano que reconocen Pedroso et al. (2001)Pedroso II, Pajón JM, Fundora MJ, Sagnotti L. 2001. Magnetismo ambiental de sedimentos cuaternarios en el sistema cavernario Majaguas-Cantera, Pinar del Rio. En: Memorias IV Congreso de Geología y Minería. La Habana (marzo 24-28)., que en este caso se concentraron hacia el Este y Oeste del distrito, con un hiato en su parte central en el que predominaron los esquistos y mármoles, que están entre las rocas metamórficas más importantes en Cuba (Salinas et al., 2008Salinas CE, Salinas CE, Echarri MC. 2008. Geografía Turística de Cuba. Editorial Félix Varela, La Habana.), junto con las ofiolitas, que también se presentaron sobre todo hacia el Este de la región.
La superposición de las capas de información, orográfica y litológica en lo fundamental, permitió caracterizar 14 geosistemas o espacios geográficos, conformados por agrupamientos de formaciones geológicas muy cercanas (IGP/SGC, 2007IGP/SGC (Instituto de Geología y Paleontología/ Servicio Geológico de Cuba). 2007. Mapa Geológico de Cuba a escala 1: 100 000. La Habana.), poco representadas en el resto del archipiélago y con respuestas similares a la formación de carso (Gutiérrez et al., 2019Gutiérrez MR, Guerra M, Lavandero R, Pérez RO, Triff J, Seco R. 2011. Mapa de Formas Cársicas del Archipiélago cubano escala: 1:1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical. CITMA, La Habana.), a saber: un conjunto de (a) alturas al Noroeste del Sector, que con menor representación del carso, e incluso presencia de escamas ofiolíticas, se perfilan entre la (b) faja costera Norte, donde aparecen las formaciones cársicas típicas de las costas y penínsulas cubanas, incluidos depósitos palustres, y la (c) Llanura Sur de la Habana-Matanzas (Díaz, 2019Díaz O. 2019. Mapa Geográfico General escala: 1: 1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, CITMA.), con afloramientos de (d) ofiolitas, y a la que sustentan por igual formaciones que se extienden a lo largo de las llanuras cubanas más otras que solo se presentan en el occidente del Sector Central, sobre todo hacia el Este de Matanzas, donde se inicia el (e) hiato cársico descrito, al que flanquean al Norte la (f) región ofiolítica de los alrededores de Santa Clara y al Sur los esquistos y mármoles en el (g) Macizo de Guamuhaya, en cuya ladera Sur se desarrolla una (h) costa cársica que finaliza en un área pequeña de (i) arenas cuarcíticas. Ya en el límite Oeste de Ciego de Ávila, se reanuda una (j) zona de predominio cársico de las mismas formaciones “de llanuras” mencionadas para el occidente (Cejas y Geler, 2023Cejas F, Geler T. 2023. Ajustes en la delimitación fitogeográfica de distritos cubanos. I. Cuba Occidental. Acta Botánica Cubana. 222. https://cu-id.com/2402/v222e01.), a la que continúa hasta el límite Este del sector una región con mayor presencia de carso, en la que se intercalan las (k) ofiolitas de Camagüey y de (l) Holguín. Por último, de forma paralela y a casi todo lo largo de las costas, se desarrollan dos cayerías: el (m) Archipiélago Sabana-Camagüey, al Norte, de características muy similares a la zona costera que le continúa por la costa Noreste del distrito, y (n) los Archipiélagos de los Canarreos y Jardines de la Reina, al Sur (Fig. 1B).
Al yuxtaponer los esquemas digitales de las regionalizaciones de Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. y Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48. a estos espacios geográficos, se observó que los mismos correspondían en alguna medida con las propuestas de dichos autores. Lo cual es lógico, en tanto estos últimos prestan atención en su división fitogeográfica tanto a los caracteres de la flora y la vegetación, como a las condiciones geográficas de la región, a las que le otorgan igual peso y correlacionan con las primeras.
En esta discusión, para facilitar la comprensión del texto en la descripción de los distritos aquí propuestos, se adjuntaron esquemas cartográficos generados del mapa “Distritos fitogeográficos” del Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario” (Cejas y Geler, 2019Cejas F, Geler T. 2019. Distritos fitogeográficos. Escala 1:1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical. CITMA.), cuya versión digital está por el momento disponible en formato multimedia en el Instituto de Geografía Tropical, Cuba. Estos esquemas muestran los límites distritales, junto a localidades de referencia para facilitar su ubicación en el terreno. También, en algunos casos se agregan esquemas que mostraron la variabilidad geológica distrital, pues a diferencia de Cuba Occidental, donde se presentan litologías de cierta manera uniformes para casi todos sus distritos (Cejas y Geler, 2023Cejas F, Geler T. 2023. Ajustes en la delimitación fitogeográfica de distritos cubanos. I. Cuba Occidental. Acta Botánica Cubana. 222. https://cu-id.com/2402/v222e01.), en Cuba Central el patrón de agrupamientos de formaciones geológicas (IGP/SGC, 2007IGP/SGC (Instituto de Geología y Paleontología/ Servicio Geológico de Cuba). 2007. Mapa Geológico de Cuba a escala 1: 100 000. La Habana.) por distrito resultó mucho más heterogéneo. Para los nombres de los distritos, se citó la propuesta de Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. y entre paréntesis se aclaró el de Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48., en caso de coincidencia; o el que correspondió cuando primó el criterio de uno de estos autores, excepto en dos casos que se respetó el razonamiento de Del Risco y Vandama (1989)Del Risco E, Vandama A. 1989. Regionalización florística, escala 1: 2 000 000. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Academia de Ciencias de Cuba e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía, La Habana..
Distrito Colinas y Valles Bahía Honda-Limonar (Jarucoense)
⌅El primer accidente geográfico notable en el límite Oeste del Sector Cuba Central lo constituye la Sierra de Anafe, que junto con la del Esperón se levanta de manera abrupta sobre el llano circundante, y que para Montes et al. (1989)Montes L, Fidalgo O, Herrera PP, Chiappy C. 1989. Flora de la Sierra de Anafe, Provincia de La Habana. Acta Botánica Cubana. 74: 1-26. constituyen un área polémica por su ubicación geográfica y fitogeografía. Sin embargo, por su morfología, mogotiforme o de relieve de montañas carsificadas, aunque con alturas menores que estos (Guerra y Campos, 2004Guerra MG, Campos M. 2004. Principales problemas ambientales en el relieve carsificado en las Provincias Habaneras. IV Congreso Nacional de Geografía. Medio Ambiente, Cambios Globales y Locales, Riesgos Naturales y Sociedad. Editora Geotech. Disponible en: http://repositorio.geotech.cu/jspui/handle/1234/2472 (consultado: 12 de noviembre 2020).), así como por sus parámetros florísticos (Samek, 1973Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63.; Ricardo et al., 1987Ricardo N, García, EE, Capote RP, Vilamajó D, Vandama R. 1987. Flora y vegetación de las alturas mogotiformes de La Habana. Revista del Jardín Botánico Nacional. 8: 33-52.), constituyen la avanzada de dos series de alturas paralelas (Fig. 1A); todas en la región centro occidental del país (León, 1946León Hno. 1946. Flora de Cuba Volumen I. Contribuciones Ocasionales del Museo de Historia Natural del Colegio “De La Salle”. No. 8. La Habana.; Borhidi y Muñiz, 1986Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48.; Del Risco y Vandama, 1989Del Risco E, Vandama A. 1989. Regionalización florística, escala 1: 2 000 000. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Academia de Ciencias de Cuba e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía, La Habana.; Montes et al., 1989Rivero AO. 1995. La flora y vegetación de Villa Clara en el Jardín Botánico Provincial. Revista del Jardín Botánico Nacional. 16: 161-167.).
Una de ellas es la región Alturas Habana-Matanzas, que comprende las elevaciones que parten de la estructura de Tapaste y se orientan hacia el Este a través de las Escaleras de Jaruco, Sierra de Camarones y Picadura, para culminar en el Pan de Matanzas y la Loma El Palenque (Ricardo et al., 1987Ricardo N, García, EE, Capote RP, Vilamajó D, Vandama R. 1987. Flora y vegetación de las alturas mogotiformes de La Habana. Revista del Jardín Botánico Nacional. 8: 33-52.; Guerra y Campos, 2004Guerra MG, Campos M. 2004. Principales problemas ambientales en el relieve carsificado en las Provincias Habaneras. IV Congreso Nacional de Geografía. Medio Ambiente, Cambios Globales y Locales, Riesgos Naturales y Sociedad. Editora Geotech. Disponible en: http://repositorio.geotech.cu/jspui/handle/1234/2472 (consultado: 12 de noviembre 2020).). Más al Sur está el grupo de las Alturas de Bejucal-Madruga-Limonar, a las que Guerra y Campos (2004)Guerra MG, Campos M. 2004. Principales problemas ambientales en el relieve carsificado en las Provincias Habaneras. IV Congreso Nacional de Geografía. Medio Ambiente, Cambios Globales y Locales, Riesgos Naturales y Sociedad. Editora Geotech. Disponible en: http://repositorio.geotech.cu/jspui/handle/1234/2472 (consultado: 12 de noviembre 2020). denominan subregión Alturas del centro de la Habana-Matanzas, que se orienta hacia el Este Noreste desde la Sierra de Bejucal, abarca la Sierra del Grillo en Madruga, Sierras de las Caobas y de Limones en Limonar, y termina en la estructura de Coliseo en Matanzas; que se distinguen de las de San Miguel de los Baños, Cantel-Camarioca; éstas tres últimas sobre ofiolitas (Núñez e Iturralde, 2019Núñez K, Iturralde M. 2019. Constitución Geológica, escala: 1: 1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, La Habana.).
Sustentan la región desde Bahía Honda hasta Limonar, una serie de formaciones geológicas con una menor susceptibilidad a la formación de carso (Gutiérrez et al., 2019Gutiérrez MR, Guerra M, Lavandero R, Pérez RO, Triff J, Seco R. 2011. Mapa de Formas Cársicas del Archipiélago cubano escala: 1:1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical. CITMA, La Habana.), que en los terrenos que la circunda (Fig. 2A), y entre las que resaltan por su extensión: las Formaciones Vía Blanca, Chirino, Peñalver, Madruga y Capdevila. Con menor extensión, pero como un enlace entre la Sierra de Anafe, alturas aledañas y Escaleras de Jaruco, así como otras alturas mogotiformes, aparecen otras siete Formaciones: Universidad, Jaruco, Consuelo, Mercedes, Guanajay, Martín Mesa y Grupo Mariel.
Otras formaciones se restringen a regiones dentro del área en estudio, e.g., la Formación Orozco en la zona de Bahía Honda-Cabañas; las Formaciones Alkazar-Apolo, Calizas Bacuranao, Jicotea y Santa María del Rosario, solo al Oeste de las Alturas Habana-Matanzas; mientras que al Este de las mismas se disponen las Formaciones Bacunayagua y Punta Alegre. Entre estas formaciones de extensión exclusiva, merecen mención especial las Formaciones Caobas, Nazareno y Perla, que se limitan solo a las alturas de Limonar; el Miembro La Charca, en su mayoría en la ladera Sur de todo Bejucal-Madruga-Limonar y ladera Norte en Bejucal; y Miembros El Cangre y Loma el Añil, en las Alturas de Bejucal-Madruga.
A las Alturas Habana-Matanzas y Alturas de Bejucal-Madruga-Limonar las separa de Oeste a Este una franja a la que Guerra y Campos (2004)Guerra MG, Campos M. 2004. Principales problemas ambientales en el relieve carsificado en las Provincias Habaneras. IV Congreso Nacional de Geografía. Medio Ambiente, Cambios Globales y Locales, Riesgos Naturales y Sociedad. Editora Geotech. Disponible en: http://repositorio.geotech.cu/jspui/handle/1234/2472 (consultado: 12 de noviembre 2020). nombran subregión Llanura Ariguanabo-San Juan, que se distingue por una serie de estructuras cársicas de tipo depresiones, como son los poljes de Ariguanabo, Vento y Jaruco-Aguacate. Esta franja está conformada por las Formaciones Cojímar, Colón y Güines, típicas de la llanura al Sur de la región, y en ella es visible, fuera del núcleo principal de alturas, la Loma de Somorrostro, que se distingue gracias a su propia geomorfología de carso cónico.
En su regionalización, Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. distingue en esta zona de colinas bajas y valles intercalados tres distritos: Colinas Bahía Honda-Cabañas, Sierra de Anafe y Colinas Habana-Limonar; aunque tanto estas últimas como las alturas de Bejucal no se comprenden en el esquema de distribución que traza el autor. Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. propone la Llanura Ariguanabo-San Juan (sensu Guerra y Campos, 2004Guerra MG, Campos M. 2004. Principales problemas ambientales en el relieve carsificado en las Provincias Habaneras. IV Congreso Nacional de Geografía. Medio Ambiente, Cambios Globales y Locales, Riesgos Naturales y Sociedad. Editora Geotech. Disponible en: http://repositorio.geotech.cu/jspui/handle/1234/2472 (consultado: 12 de noviembre 2020).) como divisoria de dos sub-distritos que nombra Bejucal-Limonar y Habana-Matanzas (Fig. 2B). Por su parte, Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48. reúnen todas estas alturas en el distrito Jarucoense, para el que descartan una franja de la Formación Cojímar al centro de las Alturas Habana-Matanzas, cuyo plano hipsométrico está por encima de la llanura a la que se une al Sur (Magaz, 1989Magaz AR. 1989. Hipsometría. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Instituto de Geografía de la A.C.C. e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía. La Habana.).
Esta propuesta es bastante similar al mapa que presentan Del Risco y Vandama (1989)Del Risco E, Vandama A. 1989. Regionalización florística, escala 1: 2 000 000. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Academia de Ciencias de Cuba e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía, La Habana., quienes sin embargo solo nombran a Bejucal-Coliseo. Todas estas alturas cársicas son en general pobres en endemismos, por lo que las débiles afinidades florísticas que tienen se establecen gracias a especies de amplia distribución (Caluff et al., 2008Caluff MG, Sánchez C, Shelton G. 2008. Helechos y plantas afines (Pteridophyta) de Cuba. I. Fitogeografía. Revista del Jardín Botánico Nacional. 29: 21-49.), y entre ellas resaltan por este carácter la Sierra de Anafe, a la que siguen a distancia Madruga y el Pan de Matanzas (Cejas et al., 2000Cejas F, Prede ML, Herrera PP. 2000. Programa COLBASES para colecciones biológicas cubanas. Certificación de Depósito Legal Facultativo de Obras Protegidas. Registro 06645-6645.).
En contraste, los cuerpos (escamas) de ofiolitas, que cubren apenas el 5% del área en estudio (Fig. 2A), de las que Del Risco y Vandama (1989)Del Risco E, Vandama A. 1989. Regionalización florística, escala 1: 2 000 000. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Academia de Ciencias de Cuba e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía, La Habana. solo señalan a Regla, Campo Florido, Canasí y Camarioca; resaltan por el alto endemismo de su flórula, la mayoría presente en Canasí, con preponderancia sobre la Coca, Campo Florido, Las Pozas y el resto de las localidades, en ese orden (Cejas et al., 2000Cejas F, Prede ML, Herrera PP. 2000. Programa COLBASES para colecciones biológicas cubanas. Certificación de Depósito Legal Facultativo de Obras Protegidas. Registro 06645-6645.). Las plantas y formaciones vegetales que se desarrollan sobre estas escamas presentan adaptaciones morfológicas y fisiológicas a las características edáficas extremas que los caracterizan y que los distinguen de las zonas aledañas con características edáficas diferentes, al extremo que Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. basa los dos sub-distritos que propone en la presencia de endemismos de charrascales en los cayos de “serpentinitas" al Norte y de endemismos "de calizas" en la parte Sur de calizas con afloramiento de dolomitas.
En resumen, esta mayor o menor extensión y presencia de litologías que comparte la región, de las cuales solo cuatro no son exclusivas de la misma, hace que este trabajo se decantó por la versión más abarcadora de Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48.: desde la zona de colinas entre Las Pozas-Cabañas, al Norte del Distrito Cajálbana (Cejas y Geler, 2023Cejas F, Geler T. 2023. Ajustes en la delimitación fitogeográfica de distritos cubanos. I. Cuba Occidental. Acta Botánica Cubana. 222. https://cu-id.com/2402/v222e01.), continúa con Sierra de Anafe, las colinas Habana-Matanzas y, de forma paralela al Sur de las mismas, las colinas Bejucal-Madruga-Limonar; a las que separan del área principal franjas de la llanura al Sur. Como se observa en la Fig. 2C, la región Este del distrito propuesto está conformada por fragmentos entre los que se interponen franjas de la formación geológica que penetra desde la llanura que los rodea al Sur, fragmentación que es excepcional para el tratamiento que ofrecen las regionalizaciones fitogeográficas anteriores, pero en concordancia con el objetivo de la investigación.