Acta Botánica Cubana Vol. 222, enero-diciembre, 2023, ISSN: 2519-7754
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CU-ID: https://cu-id.com/2402/v222e02
ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

Ajustes en la delimitación fitogeográfica de distritos cubanos. II. Cuba Central

Adjustments in the phytogeographic delimitation of Cuban districts. II. Central Cuba

iDFrancisco Cejas-Rodríguez*✉:cejas@geotech.cu

iDTatiana Geler-Roffe


Instituto de Geografía Tropical, Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio ambiente (CITMA), La Habana, Cuba.

 

*Correspondencia:cejas@geotech.cu

RESUMEN

Los esquemas de distritos fitogeográficos cubanos actuales son incongruentes con los Sistemas de Información Geográfica (SIG), por lo que se propuso en este trabajo analizar la delimitación de los mismos en el sector Cuba Central en ambiente SIG, en relación con la influencia de factores físico-geográficos, seleccionados mediante revisión de fuentes cartográficas, (mayormente orográficas y litológicas), información existente en bases de datos cubanas, análisis espacial e interpretación de imágenes satelitales. Como resultado, se ajustaron los límites de los distritos fitogeográficos delineados por Samek, Borhidi y Muñiz para el Sector Cuba Central, lo que permitió obtener un mapa digital de catorce distritos fitogeográficos para Cuba Occidental.

Palabras clave: 
percepción remota, regionalización fitogeográfica, SIG
ABSTRACT

The current Cuban phytogeographic district schemes are incongruous with the Geographic Information Systems (GIS), for which it is determined in this work to analyze their delimitation in the Central Cuba sector in a GIS environment, in relation to the influence of physical-geographic factors, selected by reviewing cartographic sources (mainly orographic and lithological), existing information in Cuban databases, spatial analysis and interpretation of satellite images. As a result, the limits of the phytogeographic districts outlined by Samek, Borhidi and Muñiz for the Central Cuba Sector were adjusted, which allowed obtaining a digital map of fourteen phytogeographic districts for Western Cuba.

Keywords: 
GIS, phytogeographic regionalization, remote sensing

Received: 05/1/2023; Accepted: 10/3/2023

Conflicto de intereses: Los autores declaran que no existen conflictos de intereses.

CONTRIBUCIÓN DE LOS AUTORES: FCR: conceptualización, investigación, administración de proyecto y supervisión. FCR y TGR: curación de datos, análisis formal, metodología, recursos, visualización, redacción, revisión y edición final del documento.

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

 

Al incorporar a los sistemas de información geográficos actuales los esquemas de distritos fitogeográficos cubanos trazados a grosso modo por diferentes autores, surgen incongruencias en términos físico geográficos, lo cual conlleva el riesgo de obtener resultados erróneos que influyan en análisis posteriores (Cejas et al., 2006Cejas F, Prede ML, Ibarzabal D, Aguilera R, Blanco A, Correoso A, et al. 2006. Actualización y desarrollo de bases de datos alfanuméricas botánicas y zoológicas en Cuba. Acta Botánica Cubana. 198: 16-20. ). Sin embargo, dado el valor de dichas obras para este tipo de trabajo, se hace necesaria su validación para ampliar las posibilidades de los análisis de diversidad biológica en Cuba.

Al partir de este supuesto, el análisis de la relación de varios factores físico-geográficos con la delimitación de los distritos fitogeográficos, más la inclusión de datos cualitativos información ecológica, obtenidos sobre todo de los criterios de Samek (1973) Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. y Borhidi y Muñiz (1986) Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48.; permiten validar y refinar los limites propuestos. De esta forma se adecuan las regionalizaciones fitogeográficas cubanas más conocidas: la de León (1946)León Hno. 1946. Flora de Cuba Volumen I. Contribuciones Ocasionales del Museo de Historia Natural del Colegio “De La Salle”. No. 8. La Habana., quien no define los límites territoriales de las unidades; Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63., el cual basa su clasificación en la distribución de los endemismos, con límites territoriales no siempre definidos; mientras que Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48. aseguran emplear caracteres geográficos, geológicos, pedológicos, de flora y vegetación; afirmación de la que en algunos casos discrepan López y Cejas (2000)López A, Cejas F. 2000. El endemismo en la flora vascular de Guanahacabibes (Cuba occidental). Fontqueria. 55: 1-11..

Para lograrlo se sigue la línea de pensamiento de otras investigaciones, en cuanto a que los límites de distribución de las especies varían en función de diversas variables topográficas y geológicas, inducidas por factores como las barreras que imponen las regiones montañosas (López, 1998López A. 1998. Algunas características del endemismo en la flora de cuba oriental. En Halffter, G. (comp.) La Diversidad Biológica de Iberoamérica II. Volumen Especial, Acta Zoológica Mexicana, nueva serie. 47-82.) o el componente edáfico en zonas de topografía mucho más regular (Alain, 1958Alain Hno. 1958. La flora de Cuba: sus principales características, su origen probable. Revista de las Sociedad Cubana de Botánica. 15: 36-59.; López et al., 1985López A, Toscano BL, Llerena M. 1985. Las fanerógamas endémicas de Pinar del Río. En: Memorias del Primer Simposio de Botánica: Tomo 1. Academia de Ciencias de Cuba, La Habana (julio 2-5).¸ Del Risco y Vandama, 1989Del Risco E, Vandama A. 1989. Regionalización florística, escala 1: 2 000 000. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Academia de Ciencias de Cuba e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía, La Habana.); variables que citan Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. y Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48. como base para sus análisis. También se siguen por autores modernos como Testé et al. (2015)Testé E, González L, Márquez A. 2015. Invasión actual y potencial del árbol tóxico Rhus succedanea (Anacardiaceae) en el Paisaje Natural Protegido Topes de Collantes, Cuba. Revista del Jardín Botánico Nacional. 36: 173-180. cuando incluyen cuatro variables topográficas y una geológica en la determinación del modelo de distribución actual y la predicción de expansión de una planta invasora.

Por lo anterior, el objetivo del presente trabajo fue ajustar los límites fitogeográficos de los distritos cubanos del sector Cuba Central, propuestos por Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. y Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48. (sensu Borhidi y Muñiz, 1986Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48.), mediante el empleo de herramientas del Sistemas de Información Geográfica (SIG), que permitan su integración con la información medioambiental que se genera actualmente en el país. Sobre un mapa digital así generado, se pueden demarcar áreas de interés florístico o conservacionista, algunas de las cuales se esbozan en diferentes trabajos, para de este modo potenciar el conocimiento de la diversidad, rareza y prioridades de conservación de la flora cubana por modelos geográficos a cualquier escala espacial.

MATERIALES Y MÉTODOS

 

El trabajo se realizó en ambiente SIG, de acuerdo a la metodología que se detalla en Cejas y Geler (2023)Cejas F, Geler T. 2023. Ajustes en la delimitación fitogeográfica de distritos cubanos. I. Cuba Occidental. Acta Botánica Cubana. 222. https://cu-id.com/2402/v222e01., los cuales partieron del análisis del Modelo de Elevación Digital (GeoCuba, 2009GeoCuba. 2009. Modelo de Elevación Digital de la República de Cuba 1:25 000. Agencia de Teledetección y Cartografía Temática. La Habana.) para precisar los sitios donde se han propuesto distritos montañosos y distinguirlos de aquellos que se desarrollan en lugares bajos. Luego se superpuso estas curvas de nivel a diferentes mapas que contenían información geológica y litológica; en este caso el mapa geológico (IGP/SGC, 2007IGP/SGC (Instituto de Geología y Paleontología/ Servicio Geológico de Cuba). 2007. Mapa Geológico de Cuba a escala 1: 100 000. La Habana.), de formas cársicas (Gutiérrez et al., 2019Gutiérrez MR, Guerra M, Lavandero R, Pérez RO, Triff J, Seco R. 2011. Mapa de Formas Cársicas del Archipiélago cubano escala: 1:1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical. CITMA, La Habana.), geomorfológico (Portela et al., 2019Portela AH, Díaz JL, Hernández JR, Magaz, A.R. Blanco, P. 2019. Geomorfología escala: 1:1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, CITMA.) y de constitución geológica (Núñez e Iturralde, 2019Núñez K, Iturralde M. 2019. Constitución Geológica, escala: 1: 1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, La Habana.).

De la sobreposición de estos mapas se obtuvo un mapa temático que contenía un conjunto de geosistemas o regiones, cuyo componente fundamental es el basamento geológico, y que de acuerdo a las variables analizadas deben responder a los distritos fitogeográficos. Para confirmar esta hipótesis y precisar un trazo final que definiese a cada uno de estos distritos, se yuxtapuso dicho mapa temático con las bases cartográficas (digitalizadas bajo el sistema de coordenadas WGS-84, Universal Transversal Mercator) de Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. y Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48. en Cuba Central, que para este trabajo corresponde a la subprovincia Cuba Central de Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48..

La selección de este trazo final conllevó a elegir entre tres alternativas: (1) un solo trazo que resumía los dos esquemas en los que se basó la investigación; (2) se reconoció una sola propuesta o; (3) se delineó un distrito nuevo para las regionalizaciones de los autores mencionados. Este elección se tomó a partir de un análisis más minucioso de los limites obtenidos para cada distrito, los cuales se modificaban cuando se identificaban localidades, accidentes geográficos o características ecológicas que se referían para un distrito en particular; de acuerdo a la revisión de la bibliografía, de forma particular Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63., Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48.; y trabajos que proveyeran información sobre localidades de recolectas, georreferenciadas o no, como son los casos de Rankin y Areces (2003)Rankin R, Areces F. 2003. Contribución a la actualización taxonómica y localización geográfica de especies amenazadas y endémicas en Cuba I. Revista del Jardín Botánico Nacional. 24: 81- 128., o que detallaban características ecológicas y geográficas de los distritos en discusión. Con este propósito, también se hizo una revisión del fichero de localidades georreferenciadas del Herbario Nacional (HAC) (Cejas et al., 2000Cejas F, Prede ML, Herrera PP. 2000. Programa COLBASES para colecciones biológicas cubanas. Certificación de Depósito Legal Facultativo de Obras Protegidas. Registro 06645-6645.), con casi 30.000 registros. Esta revisión no se extendió en el análisis de la vegetación, la flora, las relaciones florísticas y la conservación; y solo se hizo referencia a datos de ese tipo cuando eran esenciales en el entendimiento de los límites o distritos que se configuraban.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

 

En la definición de las áreas montañosas de Cuba Central, el límite de la ruptura en el perfil de la pendiente coincidió con la curva de nivel con valor entre 100 y 120 msnm (Portela et al., 2019Portela AH, Díaz JL, Hernández JR, Magaz, A.R. Blanco, P. 2019. Geomorfología escala: 1:1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, CITMA.), que hizo resaltar de Oeste a Este las Alturas de Habana-Matanzas y Bejucal-Madruga-Coliseo, Montañas de Guamuhaya, Sierras Morena, de Cubitas y de Najasa, y Alturas de Maniabón (Díaz, 2019Díaz O. 2019. Mapa Geográfico General escala: 1: 1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, CITMA.), más otras alturas de menor elevación (Fig. 1A). Por su litología, el sector reveló cerca de un 57% de áreas con alta o media susceptibilidad a la formación de carso (Gutiérrez et al., 2019Gutiérrez MR, Guerra M, Lavandero R, Pérez RO, Triff J, Seco R. 2011. Mapa de Formas Cársicas del Archipiélago cubano escala: 1:1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical. CITMA, La Habana.), lo que evidenció el predominio de las calizas u otras rocas carbonatadas para el archipiélago cubano que reconocen Pedroso et al. (2001)Pedroso II, Pajón JM, Fundora MJ, Sagnotti L. 2001. Magnetismo ambiental de sedimentos cuaternarios en el sistema cavernario Majaguas-Cantera, Pinar del Rio. En: Memorias IV Congreso de Geología y Minería. La Habana (marzo 24-28)., que en este caso se concentraron hacia el Este y Oeste del distrito, con un hiato en su parte central en el que predominaron los esquistos y mármoles, que están entre las rocas metamórficas más importantes en Cuba (Salinas et al., 2008Salinas CE, Salinas CE, Echarri MC. 2008. Geografía Turística de Cuba. Editorial Félix Varela, La Habana.), junto con las ofiolitas, que también se presentaron sobre todo hacia el Este de la región.

La superposición de las capas de información, orográfica y litológica en lo fundamental, permitió caracterizar 14 geosistemas o espacios geográficos, conformados por agrupamientos de formaciones geológicas muy cercanas (IGP/SGC, 2007IGP/SGC (Instituto de Geología y Paleontología/ Servicio Geológico de Cuba). 2007. Mapa Geológico de Cuba a escala 1: 100 000. La Habana.), poco representadas en el resto del archipiélago y con respuestas similares a la formación de carso (Gutiérrez et al., 2019Gutiérrez MR, Guerra M, Lavandero R, Pérez RO, Triff J, Seco R. 2011. Mapa de Formas Cársicas del Archipiélago cubano escala: 1:1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical. CITMA, La Habana.), a saber: un conjunto de (a) alturas al Noroeste del Sector, que con menor representación del carso, e incluso presencia de escamas ofiolíticas, se perfilan entre la (b) faja costera Norte, donde aparecen las formaciones cársicas típicas de las costas y penínsulas cubanas, incluidos depósitos palustres, y la (c) Llanura Sur de la Habana-Matanzas (Díaz, 2019Díaz O. 2019. Mapa Geográfico General escala: 1: 1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, CITMA.), con afloramientos de (d) ofiolitas, y a la que sustentan por igual formaciones que se extienden a lo largo de las llanuras cubanas más otras que solo se presentan en el occidente del Sector Central, sobre todo hacia el Este de Matanzas, donde se inicia el (e) hiato cársico descrito, al que flanquean al Norte la (f) región ofiolítica de los alrededores de Santa Clara y al Sur los esquistos y mármoles en el (g) Macizo de Guamuhaya, en cuya ladera Sur se desarrolla una (h) costa cársica que finaliza en un área pequeña de (i) arenas cuarcíticas. Ya en el límite Oeste de Ciego de Ávila, se reanuda una (j) zona de predominio cársico de las mismas formaciones “de llanuras” mencionadas para el occidente (Cejas y Geler, 2023Cejas F, Geler T. 2023. Ajustes en la delimitación fitogeográfica de distritos cubanos. I. Cuba Occidental. Acta Botánica Cubana. 222. https://cu-id.com/2402/v222e01.), a la que continúa hasta el límite Este del sector una región con mayor presencia de carso, en la que se intercalan las (k) ofiolitas de Camagüey y de (l) Holguín. Por último, de forma paralela y a casi todo lo largo de las costas, se desarrollan dos cayerías: el (m) Archipiélago Sabana-Camagüey, al Norte, de características muy similares a la zona costera que le continúa por la costa Noreste del distrito, y (n) los Archipiélagos de los Canarreos y Jardines de la Reina, al Sur (Fig. 1B).

Figura 1.  (A) Delimitación de las llanuras y principales elevaciones en Cuba Occidental (modificado de Portela et al., 2019Portela AH, Díaz JL, Hernández JR, Magaz, A.R. Blanco, P. 2019. Geomorfología escala: 1:1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, CITMA.) y (B) espacios geográficos definidos por la yuxtaposición de los mapas temáticos orográficos y litológicos (modificado de IGP/SGC, 2007IGP/SGC (Instituto de Geología y Paleontología/ Servicio Geológico de Cuba). 2007. Mapa Geológico de Cuba a escala 1: 100 000. La Habana.; Gutiérrez et al., 2019Gutiérrez MR, Guerra M, Lavandero R, Pérez RO, Triff J, Seco R. 2011. Mapa de Formas Cársicas del Archipiélago cubano escala: 1:1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical. CITMA, La Habana.; Núñez e Iturralde, 2019Núñez K, Iturralde M. 2019. Constitución Geológica, escala: 1: 1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, La Habana.).
Figure 1.  (A) Delimitation of the plains and main elevations in Western Cuba (modified from Portela et al., 2019Portela AH, Díaz JL, Hernández JR, Magaz, A.R. Blanco, P. 2019. Geomorfología escala: 1:1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, CITMA.) and (B) geographical spaces defined by the juxtaposition of orographic and lithological thematic maps (modified from IGP/SGC, 2007IGP/SGC (Instituto de Geología y Paleontología/ Servicio Geológico de Cuba). 2007. Mapa Geológico de Cuba a escala 1: 100 000. La Habana.; Gutiérrez et al., 2019Gutiérrez MR, Guerra M, Lavandero R, Pérez RO, Triff J, Seco R. 2011. Mapa de Formas Cársicas del Archipiélago cubano escala: 1:1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical. CITMA, La Habana.; Núñez y Iturralde, 2019Núñez K, Iturralde M. 2019. Constitución Geológica, escala: 1: 1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, La Habana.).

Al yuxtaponer los esquemas digitales de las regionalizaciones de Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. y Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48. a estos espacios geográficos, se observó que los mismos correspondían en alguna medida con las propuestas de dichos autores. Lo cual es lógico, en tanto estos últimos prestan atención en su división fitogeográfica tanto a los caracteres de la flora y la vegetación, como a las condiciones geográficas de la región, a las que le otorgan igual peso y correlacionan con las primeras.

En esta discusión, para facilitar la comprensión del texto en la descripción de los distritos aquí propuestos, se adjuntaron esquemas cartográficos generados del mapa “Distritos fitogeográficos” del Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario” (Cejas y Geler, 2019Cejas F, Geler T. 2019. Distritos fitogeográficos. Escala 1:1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical. CITMA.), cuya versión digital está por el momento disponible en formato multimedia en el Instituto de Geografía Tropical, Cuba. Estos esquemas muestran los límites distritales, junto a localidades de referencia para facilitar su ubicación en el terreno. También, en algunos casos se agregan esquemas que mostraron la variabilidad geológica distrital, pues a diferencia de Cuba Occidental, donde se presentan litologías de cierta manera uniformes para casi todos sus distritos (Cejas y Geler, 2023Cejas F, Geler T. 2023. Ajustes en la delimitación fitogeográfica de distritos cubanos. I. Cuba Occidental. Acta Botánica Cubana. 222. https://cu-id.com/2402/v222e01.), en Cuba Central el patrón de agrupamientos de formaciones geológicas (IGP/SGC, 2007IGP/SGC (Instituto de Geología y Paleontología/ Servicio Geológico de Cuba). 2007. Mapa Geológico de Cuba a escala 1: 100 000. La Habana.) por distrito resultó mucho más heterogéneo. Para los nombres de los distritos, se citó la propuesta de Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. y entre paréntesis se aclaró el de Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48., en caso de coincidencia; o el que correspondió cuando primó el criterio de uno de estos autores, excepto en dos casos que se respetó el razonamiento de Del Risco y Vandama (1989)Del Risco E, Vandama A. 1989. Regionalización florística, escala 1: 2 000 000. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Academia de Ciencias de Cuba e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía, La Habana..

Distrito Colinas y Valles Bahía Honda-Limonar (Jarucoense)

 

El primer accidente geográfico notable en el límite Oeste del Sector Cuba Central lo constituye la Sierra de Anafe, que junto con la del Esperón se levanta de manera abrupta sobre el llano circundante, y que para Montes et al. (1989)Montes L, Fidalgo O, Herrera PP, Chiappy C. 1989. Flora de la Sierra de Anafe, Provincia de La Habana. Acta Botánica Cubana. 74: 1-26. constituyen un área polémica por su ubicación geográfica y fitogeografía. Sin embargo, por su morfología, mogotiforme o de relieve de montañas carsificadas, aunque con alturas menores que estos (Guerra y Campos, 2004Guerra MG, Campos M. 2004. Principales problemas ambientales en el relieve carsificado en las Provincias Habaneras. IV Congreso Nacional de Geografía. Medio Ambiente, Cambios Globales y Locales, Riesgos Naturales y Sociedad. Editora Geotech. Disponible en: http://repositorio.geotech.cu/jspui/handle/1234/2472 (consultado: 12 de noviembre 2020).), así como por sus parámetros florísticos (Samek, 1973Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63.; Ricardo et al., 1987Ricardo N, García, EE, Capote RP, Vilamajó D, Vandama R. 1987. Flora y vegetación de las alturas mogotiformes de La Habana. Revista del Jardín Botánico Nacional. 8: 33-52.), constituyen la avanzada de dos series de alturas paralelas (Fig. 1A); todas en la región centro occidental del país (León, 1946León Hno. 1946. Flora de Cuba Volumen I. Contribuciones Ocasionales del Museo de Historia Natural del Colegio “De La Salle”. No. 8. La Habana.; Borhidi y Muñiz, 1986Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48.; Del Risco y Vandama, 1989Del Risco E, Vandama A. 1989. Regionalización florística, escala 1: 2 000 000. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Academia de Ciencias de Cuba e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía, La Habana.; Montes et al., 1989Rivero AO. 1995. La flora y vegetación de Villa Clara en el Jardín Botánico Provincial. Revista del Jardín Botánico Nacional. 16: 161-167.).

Una de ellas es la región Alturas Habana-Matanzas, que comprende las elevaciones que parten de la estructura de Tapaste y se orientan hacia el Este a través de las Escaleras de Jaruco, Sierra de Camarones y Picadura, para culminar en el Pan de Matanzas y la Loma El Palenque (Ricardo et al., 1987Ricardo N, García, EE, Capote RP, Vilamajó D, Vandama R. 1987. Flora y vegetación de las alturas mogotiformes de La Habana. Revista del Jardín Botánico Nacional. 8: 33-52.; Guerra y Campos, 2004Guerra MG, Campos M. 2004. Principales problemas ambientales en el relieve carsificado en las Provincias Habaneras. IV Congreso Nacional de Geografía. Medio Ambiente, Cambios Globales y Locales, Riesgos Naturales y Sociedad. Editora Geotech. Disponible en: http://repositorio.geotech.cu/jspui/handle/1234/2472 (consultado: 12 de noviembre 2020).). Más al Sur está el grupo de las Alturas de Bejucal-Madruga-Limonar, a las que Guerra y Campos (2004)Guerra MG, Campos M. 2004. Principales problemas ambientales en el relieve carsificado en las Provincias Habaneras. IV Congreso Nacional de Geografía. Medio Ambiente, Cambios Globales y Locales, Riesgos Naturales y Sociedad. Editora Geotech. Disponible en: http://repositorio.geotech.cu/jspui/handle/1234/2472 (consultado: 12 de noviembre 2020). denominan subregión Alturas del centro de la Habana-Matanzas, que se orienta hacia el Este Noreste desde la Sierra de Bejucal, abarca la Sierra del Grillo en Madruga, Sierras de las Caobas y de Limones en Limonar, y termina en la estructura de Coliseo en Matanzas; que se distinguen de las de San Miguel de los Baños, Cantel-Camarioca; éstas tres últimas sobre ofiolitas (Núñez e Iturralde, 2019Núñez K, Iturralde M. 2019. Constitución Geológica, escala: 1: 1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, La Habana.).

Sustentan la región desde Bahía Honda hasta Limonar, una serie de formaciones geológicas con una menor susceptibilidad a la formación de carso (Gutiérrez et al., 2019Gutiérrez MR, Guerra M, Lavandero R, Pérez RO, Triff J, Seco R. 2011. Mapa de Formas Cársicas del Archipiélago cubano escala: 1:1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical. CITMA, La Habana.), que en los terrenos que la circunda (Fig. 2A), y entre las que resaltan por su extensión: las Formaciones Vía Blanca, Chirino, Peñalver, Madruga y Capdevila. Con menor extensión, pero como un enlace entre la Sierra de Anafe, alturas aledañas y Escaleras de Jaruco, así como otras alturas mogotiformes, aparecen otras siete Formaciones: Universidad, Jaruco, Consuelo, Mercedes, Guanajay, Martín Mesa y Grupo Mariel.

Otras formaciones se restringen a regiones dentro del área en estudio, e.g., la Formación Orozco en la zona de Bahía Honda-Cabañas; las Formaciones Alkazar-Apolo, Calizas Bacuranao, Jicotea y Santa María del Rosario, solo al Oeste de las Alturas Habana-Matanzas; mientras que al Este de las mismas se disponen las Formaciones Bacunayagua y Punta Alegre. Entre estas formaciones de extensión exclusiva, merecen mención especial las Formaciones Caobas, Nazareno y Perla, que se limitan solo a las alturas de Limonar; el Miembro La Charca, en su mayoría en la ladera Sur de todo Bejucal-Madruga-Limonar y ladera Norte en Bejucal; y Miembros El Cangre y Loma el Añil, en las Alturas de Bejucal-Madruga.

A las Alturas Habana-Matanzas y Alturas de Bejucal-Madruga-Limonar las separa de Oeste a Este una franja a la que Guerra y Campos (2004)Guerra MG, Campos M. 2004. Principales problemas ambientales en el relieve carsificado en las Provincias Habaneras. IV Congreso Nacional de Geografía. Medio Ambiente, Cambios Globales y Locales, Riesgos Naturales y Sociedad. Editora Geotech. Disponible en: http://repositorio.geotech.cu/jspui/handle/1234/2472 (consultado: 12 de noviembre 2020). nombran subregión Llanura Ariguanabo-San Juan, que se distingue por una serie de estructuras cársicas de tipo depresiones, como son los poljes de Ariguanabo, Vento y Jaruco-Aguacate. Esta franja está conformada por las Formaciones Cojímar, Colón y Güines, típicas de la llanura al Sur de la región, y en ella es visible, fuera del núcleo principal de alturas, la Loma de Somorrostro, que se distingue gracias a su propia geomorfología de carso cónico.

En su regionalización, Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. distingue en esta zona de colinas bajas y valles intercalados tres distritos: Colinas Bahía Honda-Cabañas, Sierra de Anafe y Colinas Habana-Limonar; aunque tanto estas últimas como las alturas de Bejucal no se comprenden en el esquema de distribución que traza el autor. Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. propone la Llanura Ariguanabo-San Juan (sensu Guerra y Campos, 2004Guerra MG, Campos M. 2004. Principales problemas ambientales en el relieve carsificado en las Provincias Habaneras. IV Congreso Nacional de Geografía. Medio Ambiente, Cambios Globales y Locales, Riesgos Naturales y Sociedad. Editora Geotech. Disponible en: http://repositorio.geotech.cu/jspui/handle/1234/2472 (consultado: 12 de noviembre 2020).) como divisoria de dos sub-distritos que nombra Bejucal-Limonar y Habana-Matanzas (Fig. 2B). Por su parte, Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48. reúnen todas estas alturas en el distrito Jarucoense, para el que descartan una franja de la Formación Cojímar al centro de las Alturas Habana-Matanzas, cuyo plano hipsométrico está por encima de la llanura a la que se une al Sur (Magaz, 1989Magaz AR. 1989. Hipsometría. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Instituto de Geografía de la A.C.C. e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía. La Habana.).

Esta propuesta es bastante similar al mapa que presentan Del Risco y Vandama (1989)Del Risco E, Vandama A. 1989. Regionalización florística, escala 1: 2 000 000. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Academia de Ciencias de Cuba e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía, La Habana., quienes sin embargo solo nombran a Bejucal-Coliseo. Todas estas alturas cársicas son en general pobres en endemismos, por lo que las débiles afinidades florísticas que tienen se establecen gracias a especies de amplia distribución (Caluff et al., 2008Caluff MG, Sánchez C, Shelton G. 2008. Helechos y plantas afines (Pteridophyta) de Cuba. I. Fitogeografía. Revista del Jardín Botánico Nacional. 29: 21-49.), y entre ellas resaltan por este carácter la Sierra de Anafe, a la que siguen a distancia Madruga y el Pan de Matanzas (Cejas et al., 2000Cejas F, Prede ML, Herrera PP. 2000. Programa COLBASES para colecciones biológicas cubanas. Certificación de Depósito Legal Facultativo de Obras Protegidas. Registro 06645-6645.).

En contraste, los cuerpos (escamas) de ofiolitas, que cubren apenas el 5% del área en estudio (Fig. 2A), de las que Del Risco y Vandama (1989)Del Risco E, Vandama A. 1989. Regionalización florística, escala 1: 2 000 000. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Academia de Ciencias de Cuba e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía, La Habana. solo señalan a Regla, Campo Florido, Canasí y Camarioca; resaltan por el alto endemismo de su flórula, la mayoría presente en Canasí, con preponderancia sobre la Coca, Campo Florido, Las Pozas y el resto de las localidades, en ese orden (Cejas et al., 2000Cejas F, Prede ML, Herrera PP. 2000. Programa COLBASES para colecciones biológicas cubanas. Certificación de Depósito Legal Facultativo de Obras Protegidas. Registro 06645-6645.). Las plantas y formaciones vegetales que se desarrollan sobre estas escamas presentan adaptaciones morfológicas y fisiológicas a las características edáficas extremas que los caracterizan y que los distinguen de las zonas aledañas con características edáficas diferentes, al extremo que Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. basa los dos sub-distritos que propone en la presencia de endemismos de charrascales en los cayos de “serpentinitas" al Norte y de endemismos "de calizas" en la parte Sur de calizas con afloramiento de dolomitas.

En resumen, esta mayor o menor extensión y presencia de litologías que comparte la región, de las cuales solo cuatro no son exclusivas de la misma, hace que este trabajo se decantó por la versión más abarcadora de Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48.: desde la zona de colinas entre Las Pozas-Cabañas, al Norte del Distrito Cajálbana (Cejas y Geler, 2023Cejas F, Geler T. 2023. Ajustes en la delimitación fitogeográfica de distritos cubanos. I. Cuba Occidental. Acta Botánica Cubana. 222. https://cu-id.com/2402/v222e01.), continúa con Sierra de Anafe, las colinas Habana-Matanzas y, de forma paralela al Sur de las mismas, las colinas Bejucal-Madruga-Limonar; a las que separan del área principal franjas de la llanura al Sur. Como se observa en la Fig. 2C, la región Este del distrito propuesto está conformada por fragmentos entre los que se interponen franjas de la formación geológica que penetra desde la llanura que los rodea al Sur, fragmentación que es excepcional para el tratamiento que ofrecen las regionalizaciones fitogeográficas anteriores, pero en concordancia con el objetivo de la investigación.

Figura 2.  (A) Extensión de las formaciones geológicas presentes o que rodean las colinas bajas y valles desde Bahía Honda hasta Limonar (modificado de IGP/SGC, 2007IGP/SGC (Instituto de Geología y Paleontología/ Servicio Geológico de Cuba). 2007. Mapa Geológico de Cuba a escala 1: 100 000. La Habana.), (B) límites de distritos fitogeográficos para el área por Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. y Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48., (C) distrito Colinas y Valles Bahía Honda-Limonar (Jarucoense) y (D) Distrito Costa Norte Habana-Matanzas (Havanense).
Figure 2.  (A) Extent of geological formations present in or surrounding the low hills and valleys from Bahía Honda to Limonar (modified from IGP/SGC, 2007IGP/SGC (Instituto de Geología y Paleontología/ Servicio Geológico de Cuba). 2007. Mapa Geológico de Cuba a escala 1: 100 000. La Habana.), (B) boundaries of phytogeographic districts for the area by Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. and Borhidi and Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48., (C) Bahía Honda Hills and Valleys District-Limonar (Jarucoense) and (D) Havana-Matanzas North Coast District (Havanense).

León (1946)León Hno. 1946. Flora de Cuba Volumen I. Contribuciones Ocasionales del Museo de Historia Natural del Colegio “De La Salle”. No. 8. La Habana. incluye en un solo “distrito del eje serpentínico”, que corre por el centro-norte a lo largo de la isla principal (Núñez e Iturralde, 2019Núñez K, Iturralde M. 2019. Constitución Geológica, escala: 1: 1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, La Habana.), con un área de alrededor de 7500 km² (Lazcano et al., 2001Lazcano LJC; Peña García E; del Risco González L; Leiva Sánchez, AT; Alpízar Muñoz S, Y Matamoros Hidalgo. 2001. Memorias del Segundo Taller para la Conservación, Análisis y Manejo Planificado de Plantas Silvestres Cubanas sobre Serpentinas. IUCN/SSC Conservation Breeding Specialist Group, Apple Valley (marzo 12-14).), a las pequeñas escamas tabulares de ofiolitas que se mencionan, y otras similares al Norte de Bahía Honda, Guamuhaya, Llanura Centro-Oriental y Baracoa-Jauco; criterio que no se sigue en este trabajo, en el que se consideran estos afloramientos como “corredores” entre los verdaderos “distritos ofiolíticos”. Sin embargo, a pesar de la pequeña extensión que suelen tener estos afloramientos, es válido señalar las agrupaciones más conspicuas de los mismos, de acuerdo a Núñez e Iturralde (2019)Núñez K, Iturralde M. 2019. Constitución Geológica, escala: 1: 1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, La Habana., pues es notable su diferenciación en la flora y vegetación con respecto a las zonas en las que se insertan, con distintas características edáficas, singularidad ya expuesta por Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. para la zona en discusión, y que también ocurre en otras áreas de la isla de Cuba.

Distrito Costa Norte Habana-Matanzas (Havanense)

 

En común con otras áreas costeras cubanas, su delimitación se basa en la distribución de formaciones típicas de las costas, penínsulas y cayos cársicos cubanos (Fig. 1B), en este caso la Formación Jaimanitas, que se extiende a casi todo lo largo de la misma, junto con las Formaciones Vedado, al Centro-Este, y Canímar al Este del distrito. En la zona costera, las dunas forman montículos, que se asocian a períodos de regresión marina, y junto a las barras de tormenta forman la playa (Guerra y Campos, 2004Guerra MG, Campos M. 2004. Principales problemas ambientales en el relieve carsificado en las Provincias Habaneras. IV Congreso Nacional de Geografía. Medio Ambiente, Cambios Globales y Locales, Riesgos Naturales y Sociedad. Editora Geotech. Disponible en: http://repositorio.geotech.cu/jspui/handle/1234/2472 (consultado: 12 de noviembre 2020).) que cubre a la Formación Jaimanitas. Hacia el interior, y de forma paralela a la costa, se desarrolla una cadena de elevaciones que alcanzan una altitud de 60-70 m (Guerra y Campos, 2004Guerra MG, Campos M. 2004. Principales problemas ambientales en el relieve carsificado en las Provincias Habaneras. IV Congreso Nacional de Geografía. Medio Ambiente, Cambios Globales y Locales, Riesgos Naturales y Sociedad. Editora Geotech. Disponible en: http://repositorio.geotech.cu/jspui/handle/1234/2472 (consultado: 12 de noviembre 2020).).

En resumen, en este trabajo los límites del distrito se extendieron desde los alrededores de la Bahía de Mariel, posición intermedia entre las propuestas de Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. y Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48., y semejante a Del Risco y Vandama (1989)Del Risco E, Vandama A. 1989. Regionalización florística, escala 1: 2 000 000. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Academia de Ciencias de Cuba e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía, La Habana. hasta la Península de Varadero (Fig. 2D). Es usual, sin embargo, que algunas de las especies que se citan para el distrito, adaptadas a altas concentraciones de salinidad y en general a condiciones extremas (Borhidi y Muñiz, 1991Borhidi A. 1991. Phytogeography and Vegetation Ecology of Cuba. Akadémiai Kiadó. Budapest.; Vilamajó y Martínez, 2003Vilamajó D, Martínez M. 2003. Estado actual de la Diversidad Biológica en la margen occidental del río Bacunayagua. Acta Botánica Cubana. 192: 23-33.), invadan y modifiquen la vegetación de áreas aledañas, incluso anchas franjas de las Formaciones Cojímar y Güines, con casi el doble de ancho de las formaciones que tipifican al distrito, y que aparecen como límite Sur del distrito, aunque casi semejan extensiones de la Llanura centro occidental que bordea al distrito (Fig. 1B).

Distrito Llanura Centro Occidental

 

La Llanura Cársica Meridional La Habana-Matanzas (Díaz, 2019Díaz O. 2019. Mapa Geográfico General escala: 1: 1000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, CITMA.), que Del Risco y Vandama (1989)Del Risco E, Vandama A. 1989. Regionalización florística, escala 1: 2 000 000. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Academia de Ciencias de Cuba e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía, La Habana. y Guerra y Campos (2004)Guerra MG, Campos M. 2004. Principales problemas ambientales en el relieve carsificado en las Provincias Habaneras. IV Congreso Nacional de Geografía. Medio Ambiente, Cambios Globales y Locales, Riesgos Naturales y Sociedad. Editora Geotech. Disponible en: http://repositorio.geotech.cu/jspui/handle/1234/2472 (consultado: 12 de noviembre 2020). nombran Llanura roja Artemisa-Colón, se extiende desde Artemisa en el occidente, hasta Cienfuegos en el extremo oriental de la macroregión Occidental (Guerra y Campos, 2004Guerra MG, Campos M. 2004. Principales problemas ambientales en el relieve carsificado en las Provincias Habaneras. IV Congreso Nacional de Geografía. Medio Ambiente, Cambios Globales y Locales, Riesgos Naturales y Sociedad. Editora Geotech. Disponible en: http://repositorio.geotech.cu/jspui/handle/1234/2472 (consultado: 12 de noviembre 2020).) y en ella se reconocen tres unidades por sus particularidades geomorfológicas: una al Oeste entre Artemisa y Quivicán, la central entre Quivicán y Güines y la Este entre Güines y Nueva Paz. (Guerra y Campos, 2004Guerra MG, Campos M. 2004. Principales problemas ambientales en el relieve carsificado en las Provincias Habaneras. IV Congreso Nacional de Geografía. Medio Ambiente, Cambios Globales y Locales, Riesgos Naturales y Sociedad. Editora Geotech. Disponible en: http://repositorio.geotech.cu/jspui/handle/1234/2472 (consultado: 12 de noviembre 2020).). En la región prevalecen los suelos ferralíticos rojos, que se forman a partir del eluvio de las calizas, en las cuales existen impurezas provenientes de rocas metamórficas y en menor escala, de rocas “serpentinizadas” (Bosch et al., 1984Bosch D, Camacho E, Ortega F. 1984. Influencia de las rocas calizas en la génesis de los suelos Ferralíticos Rojos de las llanuras cársicas de Cuba. Ciencias de la Tierra y el Espacio. 9 :125-136.), en algunas partes negruzco muy oscuro por prevalecer un ambiente reductor con poco drenaje (Albear et al., 1992Albear JF de Rorre, A Carassou G, Pérez, E. 1992. Nuevos datos sobre la Formación Güines del mioceno de Cuba occidental. Ciencias de la Tierra y el Espacio. 20: 16-29.); y en las cercanías de las serpentinitas, con mayor influencia de los deluvios-proluvios de estas últimas, aparecen suelos poligénicos (Bosch et al., 1984Bosch D, Camacho E, Ortega F. 1984. Influencia de las rocas calizas en la génesis de los suelos Ferralíticos Rojos de las llanuras cársicas de Cuba. Ciencias de la Tierra y el Espacio. 9 :125-136.).

Desde el punto de vista de su litología, se distingue por contener hasta 17 formaciones con fuerte predominio de calizas (Fig. 1B), que no aparecen en otras partes del archipiélago cubano. Hacia la porción Oeste del distrito aparecen las Formaciones Cojímar, Loma Triana, Peñón y Perla (Formaciones Oeste en Fig. 3A); hacia el centro las Formaciones Tinguaro y Colón; y hacia la porción Este las Formaciones Arroyo Grande, Cantabria, Caunao, Damují, Lindero, Rodas, Vaquería, Miembro Carolina, La Rosita, Arimao y Monos (Formaciones Este, Fig. 3A).

Por el contrario, la extensa Formación Güines, junto con la Formación Villarojas, se comparten con la llanura que continua hacia el centro-oriente, al igual que la Formación Guevara con otros distritos al Oeste y Este, aunque con menor representación. Las Formaciones Veloz, Santa Teresa y Carmita, por su parte, aparecen cercanas a los cuerpos ofiolíticos del centro de la isla (Fig. 3A).

No se delimita en este trabajo la Llanura Yaguaramas-Cascajal, a la que sustenta desde el punto de vista geológico la Formación Arabos, cuyo borde Este (IGP/SGC, 2007IGP/SGC (Instituto de Geología y Paleontología/ Servicio Geológico de Cuba). 2007. Mapa Geológico de Cuba a escala 1: 100 000. La Habana.) coincide con el límite de la Llanura centro occidental de Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63., y se extiende hasta los alrededores de Cayama e Itabo (Fig. 3B), con lo que supera en extensión la distribución que para la "sabana de Manacas" mencionan Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48.. Dichos autores, la elevan a la categoría de distrito (Cascajalense), a saber: desde Yaguaramas al Sur, hasta Cascajal y Mordazo hacia el Norte.

Borhidi y Herrera (1977)Borhidi A, Herrera RA. 1977. Génesis, características, y clasificación de los ecosistemas de sabana de Cuba. Ciencias Biológicas. 1: 115-130., Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48. y Del Risco y Vandama (1989)Del Risco E, Vandama A. 1989. Regionalización florística, escala 1: 2 000 000. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Academia de Ciencias de Cuba e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía, La Habana. insertan esta sabana en los bosques y matorrales originales que cubrían la llanura centro occidental, similares a las que se asientan en el Sureste de las provincias de Pinar del Río y Matanzas (Borhidi y Herrera, 1977Borhidi A, Herrera RA. 1977. Génesis, características, y clasificación de los ecosistemas de sabana de Cuba. Ciencias Biológicas. 1: 115-130.). Más aun, Borhidi (1991)Borhidi A. 1991. Phytogeography and Vegetation Ecology of Cuba. Akadémiai Kiadó. Budapest. la considera dentro de las pocas sabanas naturales cubanas, que en este caso condicionan las fluctuaciones extremas del agua en el suelo: mocarrero con una capa impermeable cerca de la superficie, más o menos arenosa, con suelos a los que caracteriza su acidez con valores cercanos a pH 4.7 (Hernández et al., 2017Hernández I, Nápoles MC, Rosales PR, Ramírez JF, Ponte S. 2017. Tolerancia a la acidez de rizobios provenientes de nódulos de Canavalia ensiformis. Cultivos Tropicales. 38: 55-57.), en las que podían encontrarse elementos de las sabanas cuarzosas de Cuba (Alain, 1946Alain Hno. 1946. Notas taxonómicas y ecológicas sobre la flora de Isla de Pinos. Contribuciones Ocasionales del Museo de Historia Natural del Colegio “De La Salle”. No. 7. La Habana.; González y Pino, 1987González L, Pino C. 1987. El género Paepalanthus Kunth (Eriocaulaceae) en Cuba occidental. Estudio preliminar. Revista del Jardín Botánico Nacional. 8: 3-11.; Cejas y Herrera, 1995Cejas F, Herrera PP. 1995. El endemismo vegetal en las sabanas de arenas blancas (Cuba occidental). Fontqueria. 42: 229-242.), y familias botánicas que en su momento se consideraban ejemplo de una polarización del endemismo entre el oriente y occidente del país (Ávila y Enríquez, 1988Ávila MJ, Enríquez SN. 1988. Cuatro nuevas familias para el distrito fitogeográfico serpentinas de Camagüey. Revista del Jardín Botánico Nacional. 9: 85-88.).

En la actualidad, esta "sabana de Manacas" con palma cana (Sabal palmetto (Walter) Lodd. ex Schult. & Schult.f.) se encuentra cerca de la extinción, si existiese una categoría de amenaza distrital, pues apenas quedan unos parches de sabanas, relictos de una unidad que se fragmentó durante centurias por la acción antrópica (González y Pino, 1987González L, Pino C. 1987. El género Paepalanthus Kunth (Eriocaulaceae) en Cuba occidental. Estudio preliminar. Revista del Jardín Botánico Nacional. 8: 3-11.; Matos et al., 2002Matos J, Torres A, Rosada O. 2002. Caracterización florística y fisonómica de las sabanas de la reserva manejada de flora "Monte Ramonal". Revista del Jardín Botánico Nacional. 23: 137-164.). Algunos de estos fragmentos tienen un grado de conservación aceptable, que se distinguen en la Fig. 3B como una minúscula área verde que rodea la Reserva Manejada de Flora "Monte Ramonal" (Centro Nacional de Áreas Protegidas, 2013Centro Nacional de Áreas Protegidas. 2013. Plan del Sistema Nacional de Áreas Protegidas 2014-2020. Ministerio de Ciencias Tecnología y Medio Ambiente, La Habana.), en la que por fortuna se incluyen zonas de bosque siempreverde mesófilo y micrófilo, bosque semideciduo y un bosque de ciénaga con características particulares (Falcón et al., 2013-2014Falcón B, Castañeda I, Köster N, Noa A, Borsch T. 2013-2014. Reporte de una expedición botánica a la provincia de Villa Clara, Cuba. Revista del Jardín Botánico Nacional. 34-35: 29-41.).

La región se lista entre los ecosistemas con mayor afectación por plantas invasoras en Cuba (Instituto de Ecología y Sistemática, 2011Instituto de Ecología y Sistemática. 2011. Plantas invasoras presentes en la República de Cuba. Estrategia para la prevención y manejo de especies con mayor nivel de agresividad. En: Informe Final del proyecto 01302188. PNCT Cambios Globales y Evolución del Medio Ambiente Cubano. Disponible en: http://repositorio.geotech.cu/jspui/handle/1234/1684 (consultado: 12 de octubre 2020).); y se identifica como posible centro de distribución de elementos "sabanosos" (Borhidi y Herrera, 1977Borhidi A, Herrera RA. 1977. Génesis, características, y clasificación de los ecosistemas de sabana de Cuba. Ciencias Biológicas. 1: 115-130.). En realidad, las recolectas en la zona son escasísimas; por ejemplo, solo aparecen 17 materiales en el Herbario Nacional (HAC) con fechas de 1915 hasta 1979 (Cejas et al., 2000Cejas F, Prede ML, Herrera PP. 2000. Programa COLBASES para colecciones biológicas cubanas. Certificación de Depósito Legal Facultativo de Obras Protegidas. Registro 06645-6645.). Son escasas también las publicaciones que tratan al distrito como tal; entre las que aparece el trabajo de Caluff et al. (2008)Caluff MG, Sánchez C, Shelton G. 2008. Helechos y plantas afines (Pteridophyta) de Cuba. I. Fitogeografía. Revista del Jardín Botánico Nacional. 29: 21-49. en helechos y plantas afines, aunque se citan sus localidades clásicas en base a datos históricos no actualizados.

En conjunto, todas las formaciones mencionadas en este acápite ayudaron a establecer la cartografía del perímetro de la Llanura centro occidental. Tanto en lo interno; en las fajas que rodean a las “Colinas y Valles Bahía Honda-Limonar” (Jarucoense), como en la zona de contacto con los distritos que continúan hacia el Este, en cuya delimitación este trabajo se acercó más a la propuesta de Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63., excepto en su límite Noreste, en el que una franja del distrito aledaño penetra desde el Este (Fig. 3C).

Figura 3.  (A) Principales formaciones geológicas presentes en la llanura sur de la Habana-Matanzas (modificado de IGP/SGC, 2007IGP/SGC (Instituto de Geología y Paleontología/ Servicio Geológico de Cuba). 2007. Mapa Geológico de Cuba a escala 1: 100 000. La Habana.; Núñez e Iturralde, 2019Núñez K, Iturralde M. 2019. Constitución Geológica, escala: 1: 1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, La Habana.), (B) vegetación natural y seminatural del área donde se desarrolla la Formación Arabos (modificado de Estrada et al., 2019Estrada R, Martín G, Martínez P, Vioel S, Capote RP, Reyes I, et al. 2019. Vegetación Natural y Seminatural de Cuba. Escala 1:1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, CITMA.) y Distrito Cascajalense (Borhidi, 1991Borhidi A. 1991. Phytogeography and Vegetation Ecology of Cuba. Akadémiai Kiadó. Budapest.) con leyenda reducida al área de influencia de la formación, (C) distrito Llanura Centro Occidental y (D) distrito Motembo (modificado de Núñez e Iturralde, 2019Núñez K, Iturralde M. 2019. Constitución Geológica, escala: 1: 1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, La Habana.).
Figure 3.  A) Main geological formations present in the southern plain of Havana-Matanzas (modified from IGP/SGC, 2007IGP/SGC (Instituto de Geología y Paleontología/ Servicio Geológico de Cuba). 2007. Mapa Geológico de Cuba a escala 1: 100 000. La Habana.; Núñez and Iturralde, 2019Núñez K, Iturralde M. 2019. Constitución Geológica, escala: 1: 1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, La Habana.), (B) natural and semi-natural vegetation of the area where the Arabos Formation develops (modified from Estrada et al., 2019Estrada R, Martín G, Martínez P, Vioel S, Capote RP, Reyes I, et al. 2019. Vegetación Natural y Seminatural de Cuba. Escala 1:1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, CITMA.) and Cascajalense District (Borhidi, 1991Borhidi A. 1991. Phytogeography and Vegetation Ecology of Cuba. Akadémiai Kiadó. Budapest.) with legend reduced to the area of influence of the formation, (C) Central Western Plain district and (D) Motembo district (modified from Núñez and Iturralde, 2019Núñez K, Iturralde M. 2019. Constitución Geológica, escala: 1: 1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, La Habana.).

Distrito Motembo

 

Es otro distrito en el que Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. y Borhidi (1991)Borhidi A. 1991. Phytogeography and Vegetation Ecology of Cuba. Akadémiai Kiadó. Budapest. no se extienden en su explicación, con los mínimos valores de diversidad de especies y de endémicos locales entre las ofiolitas de la zona centro occidental (Centro Nacional de Áreas Protegidas, 2013Centro Nacional de Áreas Protegidas. 2013. Plan del Sistema Nacional de Áreas Protegidas 2014-2020. Ministerio de Ciencias Tecnología y Medio Ambiente, La Habana.), dado lo pequeña de su área, alrededor de 50 km2, apenas un poco mayor que algunos de los afloramientos de ofiolitas que ocurren al Norte de las actuales provincias de Mayabeque y Matanzas, que promedian entre 10 y 30 km2 (Núñez e Iturralde, 2019Núñez K, Iturralde M. 2019. Constitución Geológica, escala: 1: 1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, La Habana.). Puede por tanto considerarse otro eslabón de los “corredores” entre los verdaderos “distritos ofiolíticos”, de acuerdo a la expresión de Cejas y Geler (2023)Cejas F, Geler T. 2023. Ajustes en la delimitación fitogeográfica de distritos cubanos. I. Cuba Occidental. Acta Botánica Cubana. 222. https://cu-id.com/2402/v222e01.. No obstante, en este trabajo se respetó el criterio de Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. y se trató como un distrito independiente (Fig. 3D), aunque Borhidi (1991)Borhidi A. 1991. Phytogeography and Vegetation Ecology of Cuba. Akadémiai Kiadó. Budapest. considere su inclusión en el área de serpentinas de Santa Clara, cuyo límite está a unos 50 km al Este (Lazcano et al., 2001Lazcano LJC; Peña García E; del Risco González L; Leiva Sánchez, AT; Alpízar Muñoz S, Y Matamoros Hidalgo. 2001. Memorias del Segundo Taller para la Conservación, Análisis y Manejo Planificado de Plantas Silvestres Cubanas sobre Serpentinas. IUCN/SSC Conservation Breeding Specialist Group, Apple Valley (marzo 12-14).).

Distrito Cayería Sur

 

A este distrito solo lo menciona Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63., y su delimitación es algo convencional, pues su característica de estar compuesto por cayos condiciona sus límites, mientras que su flórula y vegetación lo vincula a las costas cubanas (García y Herrera, 2010García EE, Herrera PP. 2010. Flora, vegetación y modificaciones ecólogo paisajísticas del Archipiélago de los Canarreos, Cuba. Acta Botánica Cubana. 209: 1-24. ; Socarrás et al., 2006Socarrás E, Parada A, López M, Gómez R, Aguilar A. 2006. Biota terrestre del ecosistema Jardines de la Reina. En: Ecosistemas costeros: biodiversidad y gestión de recursos naturales. Compilación por el XV Aniversario del CIEC. Sección II. Ecosistema Jardines de la Reina, 352-395, Editorial CUJAE, La Habana.). Comprende el Archipiélago Los Canarreos, que aparece al Suroeste de la Isla de Cuba y en el que sobresale, y se excluye en este trabajo, la Isla de la Juventud, segunda en tamaño del Archipiélago Cubano (García, 2006); y el Archipiélago Jardines de la Reina, que se extiende desde el Golfo de Guacanayabo hasta la Bahía de Casilda en la parte meridional de la Isla de Cuba (González et al., 2006González R, Zúñiga A, Camejo O, Batista LM, Cárdenas R. 2006. Atributos físicos del ecosistema Jardines de la Reina. En: Ecosistemas costeros: biodiversidad y gestión de recursos naturales. Compilación por el XV Aniversario del CIEC. Sección II. Ecosistema Jardines de la Reina. CIEC. Editorial CUJAE, La Habana. ). García y Herrera (2010)García JP, Orozco A. 2015. Estado de conservación de la flora y la vegetación en los ecosistemas arenoso cuarcíticos de Casilda, Sancti Spíritus, Cuba. Revista del Jardín Botánico Nacional. 36: 93-102. mencionan el predominio de los depósitos carbonatados, terrígenos y turbosos de pantano, donde se desarrollan manglares que se asientan en llanuras lacustres y palustres acumulativas, planas, cenagosas de manera parcial, biogénicas (Portela et al., 1989Portela AH, Díaz JL, Hernández JR, Magaz AR, Blanco P. 1989. Geomorfología. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Sección IV-3.2-3, Instituto de Geografía de la Academia de Ciencias de Cuba e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía, La Habana.). También en algunos cayos se presentan franjas a las que constituyen arenas, guijarros de playa y bancos de tormenta (García y Herrera, 2010García EE, Herrera PP. 2010. Flora, vegetación y modificaciones ecólogo paisajísticas del Archipiélago de los Canarreos, Cuba. Acta Botánica Cubana. 209: 1-24. ).

Distrito Guamuhaya (Trinidadicum)

 

El Macizo de Guamuhaya tiene una extensión de 2 700 km2, un largo de 84 km y un ancho de 27 km como máximo (Matos et al., 2011-2012Matos J, García R, Torres A, Más L, Romero M. 2011-2012. Flora espermatófita del área protegida “Hanabanilla” en la región montañosa del Escambray, Villa Clara. Revista del Jardín Botánico Nacional. 32-33: 125-144.). Con una altura máxima de 931 msnm en Pico Potrerillo, lo conforman dos núcleos (León, 1946León Hno. 1946. Flora de Cuba Volumen I. Contribuciones Ocasionales del Museo de Historia Natural del Colegio “De La Salle”. No. 8. La Habana.) a los que separa el Río Agabama: las montañas de Trinidad al Oeste, con mayores alturas y diversidad de formaciones vegetales, y las montañas más xerofíticas de Sancti Spíritus, al Este (Samek, 1973Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63.; Borhidi, 1991Borhidi A. 1991. Phytogeography and Vegetation Ecology of Cuba. Akadémiai Kiadó. Budapest.; Ricardo et al., 1998Ricardo N, Herrera P, Vilamajó D, Montes L, Duarte M, Jiménez, Y. 1998. Flora del macizo montañoso Guamuhaya, Cuba. Acta Botánica Cubana. 117: 1-26.; Sánchez, 2002Sánchez C. 2002. Consideraciones sobre la fitogeografía y ecología de los helechos himenofiláceos cubanos. Revista del Jardín Botánico Nacional. 23: 1-37; Matos et al., 2011-2012Matos J, García R, Torres A, Más L, Romero M. 2011-2012. Flora espermatófita del área protegida “Hanabanilla” en la región montañosa del Escambray, Villa Clara. Revista del Jardín Botánico Nacional. 32-33: 125-144.).

Al macizo lo conforman formaciones geológicas únicas o casi dentro del país, de forma general desde los 160 msnm (Fig. 4A), a saber: el Complejo Mabujina, en su franja Oeste, así como en la Norte las Formaciones Cobrito, Loma la Gloria, Los Cedros y El Algarrobo, que rodean todo el macizo, junto a las Formaciones Boquerones y Herradura; las Formaciones Grupo San Juan, La Chispa, La Sabina, Yaguanabo (también en pequeños parches hacia el Este) y Miembro Felicidad. Desde este punto de vista, las Alturas de Trinidad presentan Formaciones propias: El Tambor (también presente en áreas de la provincia Camagüey), La Llamagua, Loma Quivicán y por último la Formación Porvenir en su límite Norte; mientras que en la zona de valles intramontanos entre ambos subdistritos se desarrolla la Formación Meyer.

De igual forma, pueden encontrarse suelos cuarcíticos con hábitats muy restringidos y una flórula muy específica (Bécquer, 2004-2005aBécquer ER. 2004-2005a. Estudios taxonómicos en el género Pachyanthus (Miconieae, Melastomataceae) I. Pachyanthus clementis vs Pachyanthus lunanus. Revista del Jardín Botánico Nacional. 25-23: 39-43. ), así como cuerpos (escamas) imbricados de ofiolitas (Fig. 4A), que deben ser más jóvenes que el macizo en su conjunto, al extremo de que en la mayoría de ellos no se desarrolla la vegetación característica de áreas ultramáficas, lo que junto a su pequeño tamaño y el aumento del efecto borde de las formaciones vecinas, los convierte en los de menor riqueza de especies en el país entre las formaciones de su tipo (Vázquez et al., 2006Vázquez A, González LR, Berazaín R, Bécquer E. 2006. Flora de la región ultramáfica (serpentinícola) de Guamuhaya. Revista del Jardín Botánico Nacional. 27: 75-84.). Tanto Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. como Borhidi (1991)Borhidi A. 1991. Phytogeography and Vegetation Ecology of Cuba. Akadémiai Kiadó. Budapest. distinguen como subdistritos a las Alturas de Trinidad (Trinidadense) y de Sancti Spíritus y Banao (Spirituënse), para lo que se basan en la distribución de los endemismos locales dentro del Macizo. Además, que Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. refiere al carácter más xerofítico y la falta de elementos “montañosos” en la segunda. En conjunto, el área se distingue al tomar como límite la curva de nivel con valor entre 100 y 120 msnm (Fig. 1A), y por el predominio de las formaciones de esquistos y mármoles (Fig. 1B), entre las que ocurren afloramientos cársicos (Bécquer, 2004-2005bBécquer ER. 2004-2005b. Espermatófitos de las alturas cársicas Tetas de Juana, Alturas de Banao, Cuba Central. Revista del Jardín Botánico Nacional. 25-26: 87-101. ) en los que se insertan las características alturas mogotiformes, de pendientes muy fuertes y escarpadas (Fig. 4B) (García et al., 2001García JP, Orozco A, Bécquer E R. 2001. Estudio de la flora y vegetación de una localidad cársica de la Reserva Ecológica "Alturas de Banao", Sancti Spíritus. Revista del Jardín Botánico Nacional. 22: 49-65. ; Bécquer, 2004-2005cBécquer ER. 2004-2005c. La flora sinantrópica de las alturas cársicas Tetas de Juana, Alturas de Banao, del Macizo Guamuhaya, en Cuba Central. Revista del Jardín Botánico Nacional. 25-26: 103-112.).

Figura 4.  (A) Especificidad de las formaciones geológicas presentes en el Macizo de Guamuhaya (modificado de IGP/SGC, 2007IGP/SGC (Instituto de Geología y Paleontología/ Servicio Geológico de Cuba). 2007. Mapa Geológico de Cuba a escala 1: 100 000. La Habana.; Núñez e Iturralde, 2019Núñez K, Iturralde M. 2019. Constitución Geológica, escala: 1: 1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, La Habana.) y (B) distrito Guamuhaya (Trinidadicum).
Figure 4.  (A) Specificity of the geological formations present in the Guamuhaya Massif (modified from IGP/SGC, 2007IGP/SGC (Instituto de Geología y Paleontología/ Servicio Geológico de Cuba). 2007. Mapa Geológico de Cuba a escala 1: 100 000. La Habana.; Núñez and Iturralde, 2019Núñez K, Iturralde M. 2019. Constitución Geológica, escala: 1: 1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, La Habana.) and (B) Guamuhaya district (Trinidadicum).

Distrito Jagua

 

Es una línea discontinua de costas calizas y playas en la franja costera que corre al Sur del Macizo de Guamuhaya, cuyas laderas pueden llegar casi hasta la línea de costa en tramos como la desembocadura del Yaguanabo o la Ensenada de Guajimico, y que corresponde, en parte, al Distrito Costa Cienfuegos-Trinidad de Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63., y también en parte al Casildense de Borhidi y Muñiz (1986)Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48.. Se asienta en su mayor parte sobre las Formaciones Jaimanitas y Vedado, que también penetran hacia el occidente hasta la Ciénaga de Zapata. Sin embargo, es singular que en el tratamiento a este distrito Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63. apenas menciona un centro de endemismo local en Casilda, nombre en el que Borhidi (1991)Borhidi A. 1991. Phytogeography and Vegetation Ecology of Cuba. Akadémiai Kiadó. Budapest. se basa para nominar su distrito, sin que ninguno de los dos haga referencia a la vegetación sobre arenas cuarcíticas o características físico-geográficas de dicha área, que no se ajustan a lo que se menciona para el distrito o distritos costeros xerofíticos cubanos.

Al tomar en cuenta lo anterior, en este trabajo se estableció el límite Oeste del distrito en discusión en Bartolina, Ciénaga Oriental de Zapata (unos 10 km al Oeste de Juraguá), desde donde continúa hacia el Este hasta rodear la ciudad de Trinidad e incluir la Península de Ancón, límite Oeste del área que Orozco y García (2014)Orozco A, García JP. 2014. Flora y vegetación del área de arenas cuarcíticas de Casilda, Sancti Spíritus, Cuba. Brenesia. 81-82: 8-28. fijan para las arenas cuarcíticas de Casilda (Fig. 5A). Para nombrar al distrito se respetó el criterio de Del Risco y Vandama (1989)Del Risco E, Vandama A. 1989. Regionalización florística, escala 1: 2 000 000. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Academia de Ciencias de Cuba e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía, La Habana., quienes separan el área en dos partes a las que denominan Jagua y Casilda.

Figura 5.  (A) Distrito Jagua (modificado de Del Risco y Vandama, 1989Del Risco E, Vandama A. 1989. Regionalización florística, escala 1: 2 000 000. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Academia de Ciencias de Cuba e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía, La Habana.), (B) especificidad de las formaciones geológicas presentes en el Distrito Arenas Cuarcíticas de Casilda (modificado de IGP/SGC, 2007IGP/SGC (Instituto de Geología y Paleontología/ Servicio Geológico de Cuba). 2007. Mapa Geológico de Cuba a escala 1: 100 000. La Habana.) y (C) área de arenas cuarcíticas de Casilda (tomado de García y Orozco, 2015García JP, Orozco A. 2015. Estado de conservación de la flora y la vegetación en los ecosistemas arenoso cuarcíticos de Casilda, Sancti Spíritus, Cuba. Revista del Jardín Botánico Nacional. 36: 93-102.).
Figure 5.  (A) Jagua District (modified from Del Risco and Vandama, 1989Del Risco E, Vandama A. 1989. Regionalización florística, escala 1: 2 000 000. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Academia de Ciencias de Cuba e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía, La Habana.), (B) specificity of the geological formations present in the Casilda Quartz Sands District (modified from IGP/SGC, 2007IGP/SGC (Instituto de Geología y Paleontología/ Servicio Geológico de Cuba). 2007. Mapa Geológico de Cuba a escala 1: 100 000. La Habana.), and (C) area of quartz sands from Casilda (taken from García and Orozco, 2015García JP, Orozco A. 2015. Estado de conservación de la flora y la vegetación en los ecosistemas arenoso cuarcíticos de Casilda, Sancti Spíritus, Cuba. Revista del Jardín Botánico Nacional. 36: 93-102.).

Distrito Arenas Cuarcíticas de Casilda

 

Al Este del distrito Jagua, en la zona de Casilda, se desarrolla un área de la Formación Villaroja, a la que Peñalver et al. (1982)Peñalver LL, Barrientos A, Oro JR. 1982. Las secuencias terrígenas del Plioceno Superior- Pleistoceno "húmedo" de Cuba occidental. Ciencias de la Tierra y el Espacio. 5: 43-61. describen como arenas arcillosas y arenas rojas, con guijarros y predominio absoluto del cuarzo (Fig. 5B), que se acumulan en una llanura fluvio-acumulativa de arenas cuarcíticas que se extiende como un margen costero (Ortega, 1994Ortega F. 1994. La sedimentación en la plataforma insular cubana, en relación con los cambios climáticos pleistocénicos. Ciencias de la Tierra y el Espacio. 23-24: 21-31.), desde la Ensenada de Casilda hasta la desembocadura del río Agabama, donde abarca unos 70 km2 (García y Orozco, 2015García JP, Orozco A. 2015. Estado de conservación de la flora y la vegetación en los ecosistemas arenoso cuarcíticos de Casilda, Sancti Spíritus, Cuba. Revista del Jardín Botánico Nacional. 36: 93-102.). No obstante lo pequeña de su área, aunque unos 30 Km2 mayor que la del Distrito Motembo, el contraste es evidente con las características físicas y botánicas de las áreas aledañas, lo que incluye al distrito Jagua; pues contiene, de acuerdo a Orozco y García (2014)Orozco A, García JP. 2014. Flora y vegetación del área de arenas cuarcíticas de Casilda, Sancti Spíritus, Cuba. Brenesia. 81-82: 8-28. , al único matorral xeromorfo costero en el archipiélago que no se desarrolla sobre sustratos cársicos o arenas biogénicas, en el que destaca la presencia de 53 especies endémicas cubanas, de ellas cuatro estrictas del área (Samek, 1973Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63.; Orozco y García, 2014Orozco A, García JP. 2014. Flora y vegetación del área de arenas cuarcíticas de Casilda, Sancti Spíritus, Cuba. Brenesia. 81-82: 8-28. ; García y Orozco, 2015García JP, Orozco A. 2015. Estado de conservación de la flora y la vegetación en los ecosistemas arenoso cuarcíticos de Casilda, Sancti Spíritus, Cuba. Revista del Jardín Botánico Nacional. 36: 93-102.; García et al., 2017García JP, Ceballo O, Pulido J, Mederos EL, Sañudo R. 2017. Flora y vegetación de la propuesta de área protegida “Delta del Agabama-Casilda”, Trinidad, Sancti Spíritus, Cuba. Acta Botánica Cubana. 216: 143-166.). Lo anterior permitió seguir la propuesta de Del Risco y Vandama (1989)Del Risco E, Vandama A. 1989. Regionalización florística, escala 1: 2 000 000. En: Nuevo Atlas Nacional de Cuba. Academia de Ciencias de Cuba e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía, La Habana. y elevar su categoría fitogeográfica a nivel de distrito, cuya flora y vegetación se referencian en Orozco et al. (2014)Orozco A, García JP. 2014. Flora y vegetación del área de arenas cuarcíticas de Casilda, Sancti Spíritus, Cuba. Brenesia. 81-82: 8-28. y García y Orozco (2015)García JP, Orozco A. 2015. Estado de conservación de la flora y la vegetación en los ecosistemas arenoso cuarcíticos de Casilda, Sancti Spíritus, Cuba. Revista del Jardín Botánico Nacional. 36: 93-102.; fuentes que se siguió para delinear el trazo de los límites distritales (Fig. 5C).

Queda por comprobar su relación con otras zonas de arenas silíceas, pues no se conoce de algún trabajo conclusivo al respecto, y una revisión rápida mostró que de 343 especies que reportan García et al. (2017)García JP, Ceballo O, Pulido J, Mederos EL, Sañudo R. 2017. Flora y vegetación de la propuesta de área protegida “Delta del Agabama-Casilda”, Trinidad, Sancti Spíritus, Cuba. Acta Botánica Cubana. 216: 143-166. para el área, solo 83 se comparten con las 680 especies que en conjunto citan Cejas y Herrera (1995)Cejas F, Herrera PP. 1995. El endemismo vegetal en las sabanas de arenas blancas (Cuba occidental). Fontqueria. 42: 229-242. y Villate et al. (2016)Villate M, Pérez J, Ricardo NE, Herrera PP, Vento AD, González E, et al. 2016. Actualización de la flora en la Reserva Florística Manejada San Ubaldo-Sabanalamar, Pinar del Río, Cuba. Acta Botánica Cubana. 215: 80-100. para las arenas blancas de Pinar del Río-Isla de la Juventud, y para San Ubaldo-Sabanalamar respectivamente, la mayoría de amplia distribución y de ellas solo 11 endemismos. Ipomoea flavopurpurea Urb., que se tenía como endemismo estricto de Casilda (Rankin y Areces, 2003Rankin R, Areces F. 2003. Contribución a la actualización taxonómica y localización geográfica de especies amenazadas y endémicas en Cuba I. Revista del Jardín Botánico Nacional. 24: 81- 128.; Greuter y Rankin, 2017Greuter W, Rankin R. 2017. The Spermatophyta of Cuba A Preliminary Checklist. Second, updated edition of the The Spermatophyta of Cuba with Pteridophyta added. Botanischer Garten und Botanisches Museum Berlin-Dahlem, Berlín.), se reporta en la actualidad en localidades de Las Tunas y Granma (Ramírez, 2014Ramírez T. 2014. Sarandico: un tesoro de la botánica en Las Tunas. tiempo21.cu. Disponible en: www.tiempo21.cu/2014/05/19/sarandico-un-tesoro-de-la-botanica (consultado: 30 junio de 2020).; Orozco et al., 2015Orozco A, García JP, Verdecia R. 2015. Ipomoea flavopurpurea. Bissea 9. (NE 4): 261.).

Distrito Serpentinas Santa Clara (Claraënse)

 

Con Motembo sin incluir, de acuerdo al criterio de Samek (1973)Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63., las serpentinas de Santa Clara representan cerca del 10% del área serpentinítica cubana (Noa y Castañeda, 1998Noa A, Castañeda, I. 1998. Flora de las serpentinitas de Santa Clara. Revista del Jardín Botánico Nacional. 19: 67-87.), y constituyen uno de los principales centros de evolución en Cuba Central (Noa y Castañeda, 1998Noa A, Castañeda, I. 1998. Flora de las serpentinitas de Santa Clara. Revista del Jardín Botánico Nacional. 19: 67-87.), a pesar de su juventud en comparación con otros afloramientos serpentinícolas de Cuba. En lo relativo a su basamento geológico, las formaciones específicas para el área tienen poca extensión (Fig. 6A); con basaltos afíricos, esquistos y algunos tipos de gabros y diabasas; mientras que otras que se comparten con otras regiones del país ocupan una mayor área: ultramafitas, granodioritas y cortezas de intemperismo laterítica sobre ultrabasitas (Núñez e Iturralde, 2019Núñez K, Iturralde M. 2019. Constitución Geológica, escala: 1: 1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, La Habana.). Intercalándose en esta matriz, aparecen afloramientos de formaciones no ofiolíticas, calizas en su mayoría (Borhidi y Muñiz, 1986Borhidi A, Muñiz O. 1986. The phytogeographic survey of Cuba. II. Floristic relationships and phytogeographic subdivision. Acta Botanica Hungarica. 32: 3-48.; Borhidi, 1991Borhidi A. 1991. Phytogeography and Vegetation Ecology of Cuba. Akadémiai Kiadó. Budapest.) que solo se presentan en la región: Formaciones Vega Alta, La Rana, Amaro, Constancia e Hilario; a las que se suman otras visibles en distintas partes del archipiélago: Formación Carmita y Santa Teresa.

La validación cartográfica de sus límites, como para los demás distritos ofiolíticos cubanos, se simplificó con el empleo de la demarcación del complejo ofiolítico, en el mapa de Constitución Geológica (Núñez e Iturralde, 2019Núñez K, Iturralde M. 2019. Constitución Geológica, escala: 1: 1 000 000. En: Atlas Nacional de Cuba “LX Aniversario”. Versión 1.0. Formato Multimedia. Instituto de Geografía Tropical, La Habana.). Estos límites incluyeron los afloramientos al Sur y Suroeste de la ciudad Santa Clara, que constituyeron, por su composición florística y extensión, el núcleo más importante (Samek, 1973Samek V. 1973. Regiones fitogeográficas de Cuba. Serie Forestal Academia de Ciencias de Cuba. 15: 1-63.; Noa y Castañeda, 1998Noa A, Castañeda, I. 1998. Flora de las serpentinitas de Santa Clara. Revista del Jardín Botánico Nacional. 19: 67-87.; Méndez et al., 2015Méndez OR, Faife M, Castañeda I. 2015. Flora y vegetación de las serpentinas ubicadas al Suroeste de Santa Clara, Villa Clara, Cuba. Revista del Jardín Botánico Nacional. 36: 55-64.); y las colinas que emergen en la Sierra de Agabama por encima de los 450 msnm (Rivero, 1995Rivero AO. 1995. La flora y vegetación de Villa Clara en el Jardín Botánico Provincial. Revista del Jardín Botánico Nacional. 16: 161-167.), ambos en la provincia de Villa Clara. A estos se sumaron los de Minas de Jarahueca, San Felipe y por último las serpentinas de Guadalupe, todas al Norte de la provincia de Sancti Spíritus (Fig. 6B), que se constituyeron en el límite de distribución oriental u occidental de algunos de los elementos de la flórula serpentinítica, e importante eslabón en las rutas migratorias de sus componentes (Ramírez y Castañeda, 2017Ramírez JA, Castañeda I. 2017. Caracterización de la flora sobre serpentina al norte de la provincia de Sancti Spíritus, Cuba. Acta Botánica Cubana. 216: 103-115.).